lunes, 25 de mayo de 2009 en 21:12

Un beso mágico que cambie la realidad cuando la sentimos injusta y asquerosa…

Que exista siempre alguien dispuesto a sacarnos del charco sin bordes en el que estamos sumergidos.

Un ser especial que sepa apreciar lo que realmente habita detrás del disfraz que nos protege de todo aquel que creemos dispuesto a herirnos, una vez más…

Debajo de tanta infame carcasa, espera siempre ser rescatado un noble corazón destrozado, sólo al alcance de ese alguien capaz de encontrarlo.

Esperar, porque el que busca corre el riesgo de lastimarse y desistir.

Buscar, porque el que espera puede congelarse en el tiempo y morir en soledad…

Descubrime con un beso mágico; la que ves suelo no ser yo.....

domingo, 17 de mayo de 2009 en 22:32

Esa ilusión o fantasía que habita reprimida en nosotros desde que dejamos de ser niños, nos hace percibir esas sensaciones como mentiras. Nos convertimos en seres incapaces de convivir con nuestro lado sensible e intuitivo, muchas veces por miedo. Porque no es fácil dejar florecer nuestro lado vulnerable y ponerlo al alcance de los demás, tememos a que eso suceda. En un mundo donde existe sólo lo que es “útil” y lo demás está de más, se cree que es en vano poder estar más allá y dejar de ser uno más del montón para ser quien realmente deseo.

Pero debería tenerse presente que esto de ser yo mismo implica también un compromiso y responsabilidad, la cual muchos no estamos dispuestos a afrontar. Porque resulta menos complicado incluirse al todo, aunque eso nos cueste los sueños. Y nos preguntamos si habrá alguien interesado en conocer esa parte de nosotros que todos poseemos más o menos coartada. Y otra vez aparecen el temor y la duda que nos impiden demostrar lo que somos o queremos ser.

“La fantasía es una historia mentirosa que compran inocentemente los niños”, y con esa frase crecemos; y de tanto escucharla nos la vamos creyendo y si no lo hacemos lo simulamos para no ser tomados como unos locos farsantes. Vivimos con el miedo al qué dirán que no nos limita el qué diré, siempre sujeto a especulaciones.

¿Por qué negar la existencia de “mi verdad”? Es que estamos convencidos de que no hay nadie interesado en conocerla y nos auto reprimimos porque hubieron tantas otras veces que así nos hicieron sentir. Nos adaptamos al modelo de vida en el que estamos inmersos y nos parece imposible que exista un ser al que le atraiga mi historia, así que mejor la oculto, a veces a tal puto de olvidarla al andar.

Estamos amoldados al sistema y cualquier contradicción es percibida como una desviación. Un sistema que está concibiendo individuos en serie, con definiciones y puntos de vista compartidos; con frases hechas y desechas de tanto ser utilizadas. Un mundo que nos hace creer que tener personalidad es colocarse innumerable cantidad de aros, escuchar cierta música o vestirse de determinada manera. Y ¿qué es de lo que somos por dentro, de lo que sentimos?, ¿a caso eso no cuenta? O mejor dicho, ¿será que no suma?

Parece que la esencia del hombre no es rentable y entonces se convierte en algo que pocos son capaces de preservar y llevar adelante a la par de su ser racional. Otros tantos dejarán prosperar su lado bohemio a tal punto de olvidar su costado especulativo y pasarán a ser parte de los “extraviados de la vida”. Y así seguiremos a través de los años, poniendo etiquetas a lo que vemos reflejado sin tapujos en los demás y que genera una especie de envidia y anhelo, que nos llevan a criticar su facilidad para expresar ese algo, que tanto miedo nos genera, con tanta libertad.

Nabila García

en 14:47

Una ilusión que cambia las cosas de color, de lugar, de dirección. Hace que todo sea diferente y nos cose unas enormes alas que nos ayudan a subir muy alto.

De vez en cuando nos eleva tanto, que impide que la razón permanezca dentro nuestro y nos impulsa a luchar por aquello que tanto deseamos, desmedidamente.

Desear ciegamente puede derivarnos a una situación que nos hace creer que eso que perseguíamos se hizo realidad. Pero en verdad, es sólo producto de nuestra imaginación.

De todas formas, puede que desear, talvez, sea una simple y llana utopía que nos lleva a realizar cosas grandiosas, para las cuales nos sentíamos incapaces; no siempre, sino en muchas ocasiones...
Nabila García

en 14:37

Cuando te Pienso

Y uno se pone a pensar

Y el corazón parece querer escapar

Porque no hay peor cosa

Que tener que callar

Si nadie parece querer acompañarme,

Si todos parecen dañarme…

Solo quiero estar a tu lado,

Tu presencia es la única que calmaría mi ser

Pero eso es imposible

Si yo me encargue de alejarte de mi lado sin pensar

Como una idiota me aferre a situaciones efímeras,

Que solo se llevaban nuestro tiempo,

Que solo nos hacían daño

Y te lastimé

Y no fui capaz de percatarme de la situación.

Y hoy que ya no querés saber nada de mí,

Hay momentos en los que, por un instante,

Te desconozco, te odio

Pero siempre vuelvo a amarte

Y te entiendo, ahora te entiendo,

Recién ahora…cuando ya se hizo demasiado tarde

Y tu corazón ya no busca más el mío

Y se que allí quedó una marca de mi amor

Pero el dolor, el abandono y la desconfianza

Fueron mucho más fuertes que mis deseos de amarte

De verte bien, de ser felices

Y ahora solo me queda este dolor

Que se clavo en medio de mi pecho

Y la esperanza de volverte a ver alguna vez

Y que no me odies

Espero que puedas ser feliz

Que encuentres una persona que sepa cuidarte

Que te entienda y te acompañe

Ojala puedas perdonar a esta pobre imbécil

Que solo quiso intentar amarte…

Y cómo contener estas ganas terribles de besarte

De pedirte perdón, de decir TE AMO!!!

Si ya no podes escucharme,

Si nuestros labios están alejados

Si nuestros corazones se perdieron en esta ciudad.

Solo me queda la enseñanza de que

La soledad es una amante que no perdona jamás…
Nabila García

en 12:22

Miedo…sentimiento que nunca cambia, que se mantiene inexorablemente intacto a través de los años

El qué siempre es el mismo, solo cambia el a qué. Niños y ancianos, todos percibimos la misma experiencia.

Miedo…sentimiento que obliga al encierro y al silencio, como así también a querer correr y escapar

Sensación de que algo se pierde o sospecha de que pueda suceder. Ganas de que se acabe sin llevarse nuestras esperanzas; sin coartarnos libertades.

Miedo…sentimiento que nos une en un mismo punto sin hacer diferencias en el tiempo. Porque en toda etapa de la vida esta sensación se hace presente de diversas formas; por diferentes motivos.

MIEDO…sentimiento universal que acaba por desaparecer o desaparecernos.

Nabila García

sábado, 16 de mayo de 2009 en 12:40

Vientos de cambio que muchas veces se llevan nuestras alegrías y sueños y depositan en su lugar miedos y anhelo de lo que fuimos alguna vez…

Sueños, sueños que se aferran a nuestro ser, que nos permiten creer, que nos impiden crecer si solo vivimos de ellos.

Aventuras que marcan nuestro rumbo, caminos que frustran nuestro futuro, pendientes que nos hacen desistir.

Atajos sin fin, lugares oscuros y solitarios, miradas que nos hacen perder detrás de un mundo desconocido en busca de un poco de calor.

Mundo que nos atrae, que nos envuelve con su misterio a cambio de nuestro tiempo. Decididos a darlo todo, a arriesgarlo todo, talvez, por nada…

Esa nada tan nada para los demás y tan llena de todo para uno mismo. Una nada que genera esas fuerzas necesarias para poder seguir.

Seguir y seguir para quizás jamás volver y permanecer divagando detrás de esas ilusiones.

Ilusiones que iluminan nuestro ser y que el viento, desprevenido, hace correr detrás de nuevos horizontes lejanos.
Nabila García