domingo, 17 de mayo de 2009 en 22:32

Esa ilusión o fantasía que habita reprimida en nosotros desde que dejamos de ser niños, nos hace percibir esas sensaciones como mentiras. Nos convertimos en seres incapaces de convivir con nuestro lado sensible e intuitivo, muchas veces por miedo. Porque no es fácil dejar florecer nuestro lado vulnerable y ponerlo al alcance de los demás, tememos a que eso suceda. En un mundo donde existe sólo lo que es “útil” y lo demás está de más, se cree que es en vano poder estar más allá y dejar de ser uno más del montón para ser quien realmente deseo.

Pero debería tenerse presente que esto de ser yo mismo implica también un compromiso y responsabilidad, la cual muchos no estamos dispuestos a afrontar. Porque resulta menos complicado incluirse al todo, aunque eso nos cueste los sueños. Y nos preguntamos si habrá alguien interesado en conocer esa parte de nosotros que todos poseemos más o menos coartada. Y otra vez aparecen el temor y la duda que nos impiden demostrar lo que somos o queremos ser.

“La fantasía es una historia mentirosa que compran inocentemente los niños”, y con esa frase crecemos; y de tanto escucharla nos la vamos creyendo y si no lo hacemos lo simulamos para no ser tomados como unos locos farsantes. Vivimos con el miedo al qué dirán que no nos limita el qué diré, siempre sujeto a especulaciones.

¿Por qué negar la existencia de “mi verdad”? Es que estamos convencidos de que no hay nadie interesado en conocerla y nos auto reprimimos porque hubieron tantas otras veces que así nos hicieron sentir. Nos adaptamos al modelo de vida en el que estamos inmersos y nos parece imposible que exista un ser al que le atraiga mi historia, así que mejor la oculto, a veces a tal puto de olvidarla al andar.

Estamos amoldados al sistema y cualquier contradicción es percibida como una desviación. Un sistema que está concibiendo individuos en serie, con definiciones y puntos de vista compartidos; con frases hechas y desechas de tanto ser utilizadas. Un mundo que nos hace creer que tener personalidad es colocarse innumerable cantidad de aros, escuchar cierta música o vestirse de determinada manera. Y ¿qué es de lo que somos por dentro, de lo que sentimos?, ¿a caso eso no cuenta? O mejor dicho, ¿será que no suma?

Parece que la esencia del hombre no es rentable y entonces se convierte en algo que pocos son capaces de preservar y llevar adelante a la par de su ser racional. Otros tantos dejarán prosperar su lado bohemio a tal punto de olvidar su costado especulativo y pasarán a ser parte de los “extraviados de la vida”. Y así seguiremos a través de los años, poniendo etiquetas a lo que vemos reflejado sin tapujos en los demás y que genera una especie de envidia y anhelo, que nos llevan a criticar su facilidad para expresar ese algo, que tanto miedo nos genera, con tanta libertad.

Nabila García

1 Responses to

  1. MaiSanz Says:

    Amiga! Bueno, era hora que te hicieras el blog para así poder expresar y transmitir todos esos sentimientos y pensamientos que llevas dentro tuyo. Es muy leendo todo lo q escribis! y como simpre digo..sin palabras García! Aplausos para tiiii(como me dijo LU recien cuando le explique algo q no entendia del blog)jeje...
    Sabes que te quiero muchisimo!Estoy muy contenta de que seas mi AMIGA. Mil gracias por estar conmigo en las buenas y en las malas, por bancarme y escuchar toodos mis rollos. Siempre estoy para escucharte y darte una mano (la otra tmb)cuando lo necesites. Gracias por todas las cosas que compartí con vos durante toodo este tiempo..ya hace más de un año que nos conocemos y no dudo en decir que sos una persona maravillosa, llena de cosas para dar, una personita única!
    Te amo amiga!Besitoss!

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